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Las pruebas médicas realizadas han determinado que el central brasileño tiene “una lesión muscular en el aductor mayor de su pierna derecha”. Se estima 15 días de baj Estaba siendo un parón vitamínico, balsámico. Sin lamentos para el Madrid, hasta que lo hubo. En un amistoso, en la zona Cesarini de la ventana FIFA, Militao sintió un pinchazo en el aductor derecho. No una, ni dos, sino tres veces. Y a la tercera fue la vencida. Fue entonces cuando, en el 58′ del Brasil-Túnez, dijo basta. Pidió el cambio y se marchó con gesto contrariado al banquillo. Dándole vueltas a unas molestias que apuntaba a percance. Y, tras ponerse en manos de los galenos blancos en Valdebebas, se confirma el augurio. Hay lesión muscular. No es grave, pero sí un contratiempo. “Tras las pruebas realizadas hoy a nuestro jugador Éder Militão por los Servicios Médicos del Real Madrid, se le ha diagnosticado una lesión muscular en el aductor mayor de su pierna derecha. Pendiente de evolución”, dice el parte médico del club. La secuencia de la preocupación comenzó pronto. En el 2′, concretamente. Ahí ya aparecieron unas molestias que se convirtieron en conato de sustitución. Pero Éder entendió que no fue más que un susto y quiso seguir. Mediada la primera, ídem. Y misma decisión. Pero en el 58′ no tuvo dudas. Primero, leve cojeo. Después, mirada al césped y negación con la cabeza. Ello activó inmediatamente al cuerpo médico de la CBF y el cambio. E instaló el temor en Chamartín. Convertido en realidad esta mañana. Objetivo: City Serán, al menos, cuatro partidos sin Militao (Elche, Olympiacos, Girona y Athletic). Todos salidas. Todos con dificultad creciente, hasta tocar techo en San Mamés. En el quinto, ante el Celta, podría tener ya minutos con la esperanza de que al sexto Xabi pueda contar con brasileño a tono. ¿Por qué? Es el 10 de diciembre y el Madrid recibe al Manchester City en el Bernabéu. Una prueba de fuego para convertir Anfield en accidente y no reeditar los fantasmas de los días grandes. Un contexto menos espinoso con Militao como titular.

El jugador, sin informar a la Federación, se sometió a un procedimiento invasivo de radiofrecuencia La Federación ha comunicado que Lamine Yamal queda desconvocado para los partidos ante Georgia y Turquía. Se trata de una medida, dicen los servicios médicos, por el bien del jugador, pero que ha provocado una gran indignación en la Federación, que emitió un escrito muy duro, sin citarle, contra el Barça. «Los Servicios Médicos de la RFEF desean expresar su sorpresa y malestar tras conocer a las 13:47 horas del lunes 10 de noviembre, día del inicio de la concentración oficial con la selección nacional, que el jugador Lamine Yamal había sido sometido a un procedimiento invasivo de radiofrecuencia para el tratamiento de sus molestias en el pubis esa misma mañana. Dicho procedimiento se ha realizado sin comunicación previa al cuerpo médico de la Selección teniendo conocimiento de los detalles del mismo únicamente mediante un informe recibido a las 22:40 horas de anoche, en el que se indica la recomendación médica de reposo durante 7- 10 días. Ante esta situación, y priorizando en todo momento la salud, seguridad y bienestar del jugador, la Real Federación Española de Fútbol ha tomado la decisión de liberar al deportista de la presente convocatoria. Confiamos en que pueda evolucionar favorablemente y le deseamos una pronta y completa recuperación».  Sigue la guerra Con el comunicado de la Federación, queda claro que la relación entre el Barça y el seno de la selección está completamente rota, con Lamine Yamal en el medio de toda esta polémica que se inició en el mes de septiembre, cuando Flick acusó a De la Fuente de no proteger al futbolista.  Lamine no acudió a la última convocatoria por problemas físicos y había entrado en esta última, para sellar el pase al Mundial, tras haber jugado sin problemas con el Barça. Sin embargo, esta tratamiento invasivo al jugador realizado por parte del club azulgrana imposibilita que el futbolista se pueda poner la camiseta de la selección. En el seno del equipo nacional no se entiende que el Barça haya actuado de esta manera sin avisar al seleccionador, siendo conscientes de que el jugador no podría jugar si era sometido a este tratamiento.